El príncipe azul
Ella nunca creyó en el príncipe azul. El príncipe azul es de las demás, de las niñas rosa, de las niñas barbie, y aunque ella es una chica "fresa-magenta" no le parecían reales esos príncipes tipo Disney que cuando salen en escena suenan los violines. No. El de ella, tiene que ser un príncipe de algún otro color y aparecer con un indie-rock de fondo.
Ella consiguió príncipes de colores, que resultaron siendo no-tan-príncipes y se cansó. Ella luego de mucho tiempo decidió tomarse un tiempo de soledad. Ella tomó las riendas y se revitalizó. Ella comenzó a verse al espejo con otros ojos y sonrío.
Ella creía en el destino. Pero es tan absurdamente planificada que eso de "las mejores cosas suceden cuando menos lo esperas" le parecía una frase elaborada y cliché de la sociedad para justificar sus carencias y vacíos.
Ella vio como su vida cambió en un segundo.
Ella creía en el destino. Pero nunca pensó que eso de "las mejores cosas suceden cuando menos lo esperas" era verdad, hasta que le sucedió. Ahora ella sabe que las frases elaboradas y clichés de la sociedad a veces pueden resultar muy ciertas.
Ella no consiguió un príncipe perfecto de algún color. Ella más bien consiguió al perfecto no-príncipe. Ella no ha tenido que tomar las riendas porque las cosas (por primera vez en su vida) están fluyendo a la perfección. Ella se ve en el espejo, ahora con otros ojos y sigue sonriendo.
Ella nunca creyó en el príncipe azul. El príncipe azul es de las demás, de las niñas rosa, de las niñas barbie. Ella es la misma chica-magenta que cree más en Jean Pierre Jeunet que en Disney. El anti-príncipe de ella es amarillo y alumbra como el sol y cuando él se aparece en su mente suena Beirut.
Ella es feliz y agradecida porque no está con un príncipe. Es que los de la nobleza, así, con tantísima perfección, deben ser muy, pero muy aburridos
Ella consiguió príncipes de colores, que resultaron siendo no-tan-príncipes y se cansó. Ella luego de mucho tiempo decidió tomarse un tiempo de soledad. Ella tomó las riendas y se revitalizó. Ella comenzó a verse al espejo con otros ojos y sonrío.
Ella creía en el destino. Pero es tan absurdamente planificada que eso de "las mejores cosas suceden cuando menos lo esperas" le parecía una frase elaborada y cliché de la sociedad para justificar sus carencias y vacíos.
Ella vio como su vida cambió en un segundo.
Ella creía en el destino. Pero nunca pensó que eso de "las mejores cosas suceden cuando menos lo esperas" era verdad, hasta que le sucedió. Ahora ella sabe que las frases elaboradas y clichés de la sociedad a veces pueden resultar muy ciertas.
Ella no consiguió un príncipe perfecto de algún color. Ella más bien consiguió al perfecto no-príncipe. Ella no ha tenido que tomar las riendas porque las cosas (por primera vez en su vida) están fluyendo a la perfección. Ella se ve en el espejo, ahora con otros ojos y sigue sonriendo.
Ella nunca creyó en el príncipe azul. El príncipe azul es de las demás, de las niñas rosa, de las niñas barbie. Ella es la misma chica-magenta que cree más en Jean Pierre Jeunet que en Disney. El anti-príncipe de ella es amarillo y alumbra como el sol y cuando él se aparece en su mente suena Beirut.
Ella es feliz y agradecida porque no está con un príncipe. Es que los de la nobleza, así, con tantísima perfección, deben ser muy, pero muy aburridos
Comentarios
Eso es lo mejor, que todo se ha dado a la perfección solito... y ya se verá como sigue. Sin mayores expectativas pero con la seguridad de que pase lo que pase, será lo mejor. Otro cliché cierto.
Te quiero un montón chica magenta