Regalos

Siempre me ha gustado recibir regalos. ¿A quién no? Pero con el paso de los años me he dado cuenta que mis intereses han cambiado un poco -bastante-. Este cumpleaños fue el empujón para darme cuenta de eso.

No niego que siempre me gustará que me regalen ropa, zapatos o accesorios; pero nunca me imaginé que un horno microondas me haría tan feliz. Sí, este año recibí un horno microondas y fue lo máximo. Créanme, vivir sin él es un fastidio. Calentar la comida en ollitas, like a granny, no es divertido. Mi mejor amiga se burló de mí y me llamó doña, no me ofende, es la verdad. I'm a desperate housewife.

Por otro lado, siempre me han gustado las flores, sobre todo las gerberas y nunca había recibido alguna por parte de un novio, resuelve, empate, étc y, la verdad, pensé que nunca las recibiría de su parte.

Él odia regalar flores, es demasiado práctico y prefiere regalar cosas que se puedan usar y no se pierdan en el tiempo; en el tiempo que llevamos juntos nunca me había dado uno ni de papel. Por eso, cuando se apareció el día de mi cumple con un ramo de gerberas amarillas -al más puro estilo de Edward Bloom-, morí de amor.

Todavía él se pregunta por qué le digo que este regalo superó al del año pasado y yo le respondo que siempre me importa más el detalle que el regalo en sí. El año pasado, siendo del Deportivo Táchira, me regaló una franela del Caracas Fútbol Club. Este año, dejando de lado su terquedad, me dio flores amarillas. Amor le dicen por ahí. Lo mejor es que juntos vemos el ramo cuando estamos desayunando en la mañana.

Lo dije una vez y lo seguiré diciendo: "Los pequeños detalles, hacen grande la vida" *Carita feliz*

Comentarios

Ricardo Bautista ha dicho que…
Me gusta encontrar este color. Ver que no sólo existe en las impresoras.
Regalame tu microondas.

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