Depende de lo que quieras creer

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Parecía un juego del destino, pero Mar sabía que nada es azar. La gente decía : “¡qué casualidad!” y ella respondía: “las casualidades no existen, todo está escrito”, mientras abría de par en par sus grandes ojos verde manzana. 

Esa mañana había olvidado sus llaves y cuando se devolvió, corriendo como un rayo, tropezó con él. Lo vio de pies a cabeza y no pudo obviar que llevaban la misma camisa. ¿En qué mundo se consiguen dos personas tan fanáticas de la oveja Dolly, que hasta tienen una camisa de ella? Increíble ¿o no? “Soy Mar”, dijo. “Yo soy Río”, respondió él. 

Y así comenzó todo. 

Encontraron el amor, literalmente, a la vuelta de la esquina. Encontraron el amor y siguieron con la corriente, fluyeron como el agua. Encontraron el amor en este mundo donde todo puede pasar o dónde está escrito y nada es casualidad. 

Depende de lo que decidas creer.